El malo es Carlos Larrañaga

viernes, 16 de noviembre de 2012



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Soy espía y estoy en la habitación de un hotel. Alguien pega una patá a la puerta y entra. Es él, el malo. Empezamos a una lucha muy poco espiística (que la RAE me perdone), mezcla de puñetazos y manotazos de madre al aire. En fin. El caso es que suena el teléfono y el malo se despista más de la cuenta y contesta, (un despiste típico de los sueños) momento que yo aprovecho para salir corriendo, huyendo de la habitación.
Corro hacia al elevador para bajar al vestíbulo del hotel porque las escaleras están averiadas. Si esto fuera una película, el montaje alternaría esto con la salida del malo de la habitación (previa atención de la llamada que le distrajo, entiendo) y su llegada al ascensor, con mi cara de lemur en pánico pulsando el botón como si no hubiera un mañana. Pero no es una peli, es un sueño como he dicho. Me desespero, no puedo bajar al vestíbulo si no dejan de entrar señores mayores en el ascensor. Porque sí, una manada de viejos ha empezado a gotear en el elevador y no hay manera de que esto baje. Uno de ellos me dice que es Micky Mouse y yo deduzco rápidamente que estoy en Disneyland París. Crack.
El malo llega al ascensor peeeeero, justo en ese momento, se cierra la puerta y bajamos mis viejos y yo directos al vestíbulo.
Solo tengo dos pegas a este sueño. 1, que me acabo de dar cuenta de que me he dejado el abono transporte en la habitación y creo que tengo que volver a subir y 2, que el malo era el difunto Carlos Larrañaga y, por tanto, toda la escenita en la habitación del hotel tiene tanto interés como una estantería Lack. 

Buen viernes y buenos sueños. Os dejo con un vídeo que alimentará vuestros pensamientos y vuestro alma.




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