La historia le dio de lado, pero él siempre estuvo ahí.
Hoy rindo homenaje a
Eduardo Manospollas.
Hijos de un mismo padre. Hechos con las mismas herramientas
y casi poseídos por la misma magia macabra, Eduardito nunca entendió porque a su querido hermano le
pusieron tijeras por manos y a él pollas.
Sabía que su padre no era un ser lo que se dice normal. Quiero decir, que lo de poner tijeras en lugar de manos cuando has
creado a un ser humano al estilo de Frankenstein, es como lo de menos. No lo
juzgo.
Pero la extraña perversión que llevó al padre de esta criatura a ponerle
penes humanos en lugar de, yo que sé, alicates o incluso tijeras, como a su
propio hermano, es una cosa que jamás comprenderé. Al menos la industria del
porno supo ver su defecto como un don.
Todos conocíais a Manostijeras...
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