La moda de llevar los cascos enormes puestos es ya innegable. Tuvimos la de los cascos extremadamente enanos y ahora volvemos a los extremadamente grandes. Nadie se ha atrevido a poner de moda los bafles colganderos de las orejas, no hay huevos. A mi el hecho de que las modas vuelvan o no, me da igual, aunque me preocupa el alto número de personas que viven ancladas en alguna época concreta; a todos ellos, LOS COMIENZOS DE LOS 2000 NO FUERON EL MEJOR AÑO PARA VESTIRSE. Véase la foto y este vídeo de Mónica Naranjo.
Bueno, a lo que voy es ¿qué queremos decir con nuestra ropa? Digamos que lo que llevo puesto me posiciona de alguna manera en este mundo, ¿no? Para bien o para mal (en mi caso, para mal por lo general). Pero me reconcome pensar qué le puede hacer a alguien llevar durante una clase entera unos cascos puestos al cuello, porque YO SE que ÉL SABE que los lleva puestos… vamos, que no es casual que los lleve, pero insisto ¿qué coño quieres decirme con tus cascos?.
YO no soy ajeno a nada de esto, aviso. He sufrido la mayoría de las modas, desde la bakala de las camisas Lonsdale a la modernera de las gafas de pasta, pasando por unos terribles momentos zapatillas-plataforma (culpo a las Spice Girls de este y otros muchos males de la sociedad).
Copiar a alguien que tiene una personalidad ya hecha, a priori, no es malo; supongo que a la gente le vale para no tener que construirse una propia y contestar a esa horrible pregunta de ¿quién soy en realidad?. Soy Beckam y me hago una cresta, soy Mary Kate Olsen y salgo del Starbucks con un café en la mano, soy Carrie Bradshaw, peso 40 kilos y voy de compras etc. Bueno, a quien le valgan esas respuestas, que las use, teniendo en cuenta de que la mayoría de las personas que intentamos imitar están completamente desequilibradas. Los que no, que sigan buscando.
Por cierto, ¿de qué iba este blog?.
El icono Geri, tela de toalla, pelo rojo con mechones rubios y labios perfilados. |