Feliz 2012 desde Rusia. Con amor.

sábado, 31 de diciembre de 2011


Este año ha tenido grandes cosas y cosas de mierda, pero yo siempre veo el vaso medio lleno y no voy a mencionar nada de lo malo.
Lo que he venido a decir aquí es GRACIAS. Rusia lleva con nosotros nueve meses y no he tenido que esperar mucho para ver sus frutos: unas MIL NOVECIENTAS PERSONAS pasáis por aquí cada mes desde que empecé a lo largo de 68 ENTRADAS del blog. Dejáis comentarios aquí, en Twitter, en Facebool, os preocupáis y me animáis muchísimo. Quien me conoce, lo sabe. Esto es lo mejor que le puede ocurrir a alguien que le gusta escribir. 
YO os dedico ESTA ENTRADA a vosotros, los que estáis ahí siempre. 

Esta entrada será la número 69. 
A buen entendedor...

Con amor, Villaraco.

Nocturlabio

martes, 27 de diciembre de 2011




(A mis padres)

El Reloj de Sol fue inventado por los egipcios hace casi 3500 años. Es sencillo, práctico y bien conocido. Pero son pocos los que conocen el Nocturlabio.

Nocturlabio, literalmente, significa, “el que busca en la noche” y se inventó hará unos 500 años. Es algo más complicado, pero también es más bello. El Nocturlabio habla por el mero hecho de existir; habla de las estrellas para guiarte, de Kochab, de Polaris, de las conquistas que te otorga, de navegaciones imposibles. Cada noche desde entonces ha guiado a alguien en la oscuridad, cuando uno más lo necesita, no sólo en la calma del Pacífico; también en la furia del Índico.

Vosotros sois mi Nocturlabio. Ahora y siempre.


FELIZ NAVIDAD!

sábado, 24 de diciembre de 2011


Feliz Navidad. 
Que el 2012 os traiga nada más que fuerza de voluntad y amor. Mucho amor.

Hacer el ridículo

miércoles, 21 de diciembre de 2011


Ya van tres veces que me encuentro al mismo chico llegando a la clase de alemán. La primera vez se dio con la rama de un árbol en toda la geta. La segunda, se tropezó con un bordillo. Ayer, la tercera, se comió a una señora por mirar a otro lado. Ayer ya no pude contenerme claro, tuve que reírme en su cara. El caso es que el chico este siempre va sonriendo y parece totalmente ajeno a sus evidente descoordinación. Y eso me ha hecho pensar en lo importante que es para nosotros lo que piensan los demás de nosotros.
En su caso, yo y la mayoría de la gente miraríamos a todos los lados primero, para ver si alguien nos ha visto caer, y luego ya nos preocuparíamos por nuestras piernas o caderas rotas. Pero él no, el no mira a ningún lado, parece como si ni siquiera contemplara la opción de que alguien se fuera a parar a juzgarle como yo estoy haciendo en este momento.
Y esto me viene al pelo para contaros que, ayer por la tarde, iba yo caminando por la calle cuando me acordé de una canción sueca y me puse a cantarla. Debido a que no hablo sueco, todo lo que puedo emitir en este idioma son  preciosos soniditos guturales. Pensaba que no venía nadie así que dí el do de pecho. Cuando me dí cuenta, había un hombre detrás de mí, y detrás de él, otras tres personas, y en lugar de callarme, para darle normalidad a la cosa y que viera esa gente que no me avergonzaba por cantar en la calle, decidí seguir cantando, y si me apuras, creo que subí un poco el volumen, lo que hizo que no sólo evidenciar que canto peor que Mila Ximénez con placas en la garganta, sino que soy tonto. Así que, por pensar que estaba haciendo el ridículo, la reacción fue hacerlo un poco más.
Ahora os pregunto, ¿qué opináis? Si no os apetece hablar de esto, podéis hablarme del parecido que tiene el hijo de Kim Jong Il con el Golosina, que no es baladí. 
Os dejo el making of de la canción, de Veronica Maggio, que de sueca tiene lo que yo de senegalés. La canción se llama “Jeg kommer” y el álbum  “Satan i Gatan”, que debe ser algo como “Satán a gatas” (mira, de esto tengo yo más parecido, sobretodo al salir de las discotecas) o “Saltan las gatas”. Sin más.  Ya os digo que no domino el sueco. 




Un plan para las vacaciones

lunes, 19 de diciembre de 2011




Te voy a pedir que me des la mano. Bueno, te la voy a agarrar sin preguntar.

Vamos

Vamos

Vamos

Y nos vamos a ir, y nos vamos a lanzar a comernos las bocas como locos.

Y vamos a bailar la canción que más te guste, y vamos a saciar nuestro apetito a besos, porque solo nuestros cuerpos serán el alimento. 

Vamos a hacer el amor en el suelo y a soplar sueños al aire. Los veremos llegar desde otro lado y los besaremos, como te beso los ojos antes de dormir.

Mi problema de Diógenes

domingo, 4 de diciembre de 2011

No sé como ha llegado hasta ahí, lo he debido sacar en algún momento de algún cajón sin darme cuenta, pero ahí está, encima de mi mesa desde hace días. Es la caja que solía contener el frontal de la radio de mi coche. Sí, ese frontal que decidimos poner todos hará unos 10 años y que absolutamente nadie en su sano juicio lleva a casa. Todo el mundo sabe que ese frontal de la radio duerme en el coche, en un huequito que le has hecho en la guantera entre los papeles del coche, el abrillantador del salpicadero, unos kleenex y un CD de Camela. Nosotros lo sabemos y los ladrones lo saben. Debe ser por eso que me han abierto el coche dos veces. Por eso y porque mi coche es tan viejito que guardo leña en el maletero porque estoy seguro que si no tengo gasolina puede andar unos kilómetros si quemo un madero dentro. No os preguntéis en este momento cómo lo haría, no me gusta que me cuestionen mientras me leen.

El caso es que llevo un rato mirando esa cajita preguntando porqué la guardo si hace un año que me abrieron el coche por última vez y no pienso comprar otra radio. Lo he abierto y he metido mis gafas. Simple. ¡Mira qué bien! Otra funda para gafas, resistente de verdad. ¿No? Pues no. Que nadie se alegre porque he encontrado una utilidad a la mierda de caja esta. Nadie debería alegrarse de mi problema de Diógenes y nadie debería alentarme. No tengo la culpa de ser como soy, seguro que es culpa de mis padres. Pero, joder, es que esa caja seguro que me hace una buena función en el futuro, igual que esa tela roja de lentejuelas, igual que ese retrovisor que encontré un día borracho, igual que ese señor con gorro de copa que hay en mi canapé, igual que ese libro escrito en chino mandarín. Sé que es algo raro guardar un libro de chino, pero espero poder aprender el idioma algún día. No es mi culpa que no tengáis aspiraciones en esta vida.

Esa caja debería ir a la basura ya mismo. Pero esperaré a la siguiente limpieza de cuarto. Ese tipo de limpiezas generales no deberían existir. La gente no debería pasar por el trance de deshacerse de cosas. Bueno... quizá esté exagerando. No… en serio, es terrible ver como alguien te mira a la cara y te dice que “no cree que vayas a usar en ningún momento” el cadáver de esa zarigüeya que encontraste en el margen de la carretera. Blablablabla, paparruchas. !Buscaros una vida gentuza!

¿Qué ve en mí?

viernes, 2 de diciembre de 2011

Repito imagen sí, listillos.


No es que llevara todo el día con el runrún, ni siquiera la semana anterior. Fue de repente, saliendo del metro, en ese instante en el que el polo norte y el infierno colisionaban contra mi cuerpo en forma de corriente de viento, en el que pensé: ¿qué ve en mí?. En ese momento, dejó de hacer frío o calor, se omitió el ruido y puse el piloto automático hasta donde tuviera que ir. ¿Soy gracioso, divertido? ¿Entiende mis bromas, mi ironía? ¿Soy listo? ¿Le pongo? ¿Soy sensual, sexual? ¿Se puede hablar conmigo?

Es verdad que soy una persona de dudas, que tengo mil siempre y siempre pienso en algo, pero no soy de esos que se critica ni piensa que es una mierda. Hablando en plata, si me encontrara conmigo mismo, me follaría. Creo que estamos de acuerdo en que es inseguridad, pero de otro tipo.

En toda relación hay estadios. Yo no se cuales son. Digo que los hay porque entiendo que tiene que haberlos y porque seguro que es una cosa que puedo decir sin argumentar y vosotros estaréis de acuerdo. Es como decir que “la vida tiene sus fases” o “la amistad tiene sus cosas”. Me encanta hablar como los yayos y el porqué es estadio y no estado lo desconozco. Cada relación tendrá los suyos. La mía con él tiene los suyos también, y creo que las dudas sobre mí me asaltan porque lo mismo estoy pasando un estadio sin darme cuenta. Lo mismo tengo dudas porque veo que esto va guay, porque cada día me gusta más,porque me hace muy feliz, porque me encanta tocarle la barba, porque a veces creo que en una abrazo le voy a romper la columna, porque me atuso el pelo mil veces antes de verle, porque quiero ponerme guapito para él y todas esas chuminadas. Es eso, que estoy loquito por sus huesos.