Why don't you see me?

viernes, 29 de julio de 2011


© Villaraco 2011


Hay personas que, de tanto desear pasar desapercibidas, acaban desapareciendo. Y nadie las ve nunca más.


Some people who try to go unnoticed so badly end up disappearing. Then they cannot be seen anymore.

Tengo ganas de todo

domingo, 24 de julio de 2011

Villaraco © 2011 

Tengo unas ganas locas de escuchar música. De beber cerveza. De comer tortilla de patatas hasta reventar.  Tengo ganas de correr y de gritar, de viajar, de bañarme en bolas. Tengo ganas tirarme en el suelo, de comer fresas y se me irrite la lengua. Tengo ganas de llorar desconsoladamente y de reírme hasta que me duela la cabeza. Tengo ganas de provocar una discusión enorme y salir airoso, ganas de bailar toda la noche. Tengo ganas de escribir hasta que se me caigan los dedos y de ver series hasta que me lloren los ojos. Tengo ganas de pillar una ola de esas que te golpean y no te dejan salir del agua en un rato en el que piensas que vas a morir ahogado. Tengo ganas de romper un cristal con el puño. Tengo ganas subirme a un árbol y escupir a alguien que pase por debajo, de aporrear una batería. Tengo ganas hacer el amor en un baño. Tengo ganas de conducir a 180 kilómetros por hora, o a 200. Tengo ganas de caerme de la bici, de subirme una montaña con resaca y de mear en el ascensor. Tengo ganas de vivir como un loco demente, tengo ganas de absolutamente TO-DO.  

Hablar está sobrevalorado

jueves, 14 de julio de 2011


Entiende sus quejas, pero no sabe qué contestar. Le da vergüenza. Y escucha y escucha y traga y traga y no sabe qué decir. Está en blanco. “La expresión oral está sobrevalorada”, se limita a decir. Respira el humo que dejan esas palabras durante uno instantes y sonríe por dentro. “Menuda acabo de soltar…”, piensa. Los dos están desnudos en la cama, parece que ha pasado el trago. 

Villaraco © 2011

No estoy de acuerdo.

Mierda, piensa. ¿Ahora qué, en qué no estás de acuerdo?, pregunta.

El hablar no está sobrevalorado, lo que pasa es que tú has encontrado una manera cómoda de decir las cosas que piensas sin tener que decirlas cara a cara, y eso es porque tienes vergüenza de decirlas.

Vuelve la imagen del conejo. Cuando se siente acorralado, piensa en un conejo corriendo por el campo huyendo de un león. El conejo se adentra en lo más profundo de su madriguera y cierra un portón de hierro y se tira al suelo. Respira hasta que se calma su diminuto corazón. ¿Por qué siempre se castiga al conejo, por qué?, se sorprende diciendo en voz alta.

¿Qué dices?, responde él asustado. 

Nada. ¿Por qué es mejor decir las cosas cara a cara?. La gente como tú habéis hecho que durante años, ¡qué digo durante años, durante siglos!, ¡durante milenios!, que las personas como yo nos sintamos inferiores por el mero hecho de no estallar con una diarrea de palabrería sin ordenar, que nos sintamos inferiores por no decir lo que pensamos en el mismo momento en el que nos preguntan o nos atacan. ¡Basta ya, dictadores! ¡Basta ya, por el amor de Dios! ¿Quieres que te diga la verdad?

Por supuesto.

La verdad es que cuando me hablan, cuando algo me sienta mal, cuando creo que debería decir algo, cuando me cabreo, o incluso cuando el profesor pregunta si tenemos alguna duda, YO no tengo nada que decir. Ab-so-lu-ta-men-te NA-DA. ¿Entiendes? No es que me guarde la pregunta para después, es que ni si quiera sé si me he enterado, o lo mismo estoy pensando en si el naranja es un color fácil de combinar, o si este sábado saldré o me quedaré en casa, o si he tirado de la cadena después de cagar. ¿Entiendes?

Sí, si te entiendo, pero sigo sin estar de acuerdo. Creo todo lo que piensas va encaminado a defenderte.

Joder, joder, joder, joder, joder. Joder, piensa. ¡Joder!, acaba gritando. 

Fotomatón, hace 59 minutos.

jueves, 7 de julio de 2011


7/7/11 - 13:46:19 - 4€


Hace años que no me hacía unas fotos de carnet en un fotomatón. Ni en un fotomatón ni en ningún otro lado, claro; no creo que pueda uno ir haciéndose fotos de carnet a placer donde le salga del. Me he hecho unas hace 47 minutos. Tenía la opción de ir a un fotógrafo también en mi barrio, pero he ido a un fotomatón. Ese fotógrafo, nada más sentarte, empieza a modelar tu cara como a un Potato; te mueve la nariz, el pelo, la boca y te gira, de tal manera que tengo la sensación de que cuando dispara la cámara yo estoy de espaldas a ella o con la cabeza girada cual niña poseída. Prefiero el fotomatón. Salgo natural. Con mi cara de iguana habitual, mi ojo izquierdo más cerrado habitual, mis brillos habituales, orejas grandes habituales, mi no-afeitado habitual y marca de las gafas habitual.

A veces me miro en el espejo, como lo he hecho hoy antes de hacerme las fotos y pienso “esta es tu cara”, “este eres TÚ”. Me veo en fotos habitualmente pero no llego a reconocerme como YO. Es normal, YO no soy lo que más veo en mi vida. Veo a otros y reconozco sus rasgos todos los días, sé como son, pero es a MI a quien me cuesta reconocerme, y más que eso, es a MI a quien me cuesta conocerme.

“Así que este soy YO, eh. Encantado. /Encantado./ No estoy nada mal, ¿no?/ Si tú lo dices… / Sí, eso digo, dame la razón/ Tienes razón. / Así sí... así, sí. Suerte/ Si tú lo dices...”

Bear leaving naked

sábado, 2 de julio de 2011

© villaraco 2011 


Mejor no esperar nada // Better not to expect anything

La gente quiere follar

viernes, 1 de julio de 2011


Hace calor, ando medio en bolas, sudo y tengo pensamientos impuros (o súper puros, según como se mire). Esto podría ser parte de una conversación del Bear, pero no, es la constatación de un hecho. El verano hace que ande salido como un mono, y lo digo abiertamente porque creo que le pasa a todo el mundo y quien niegue esto es un mentiroso que debe arder en el infierno viendo como el resto de la humanidad folla por toda la eternidad. En todos los lugares se respira sexo, hormonas pululan por los conductos del aire acondicionado y viajan de mi piel a diversas pituitarias, elevando aun más si cabe la temperatura, y del mismo modo en el sentido contrario. Pues eso, como monos. Esto tiene como máximo apogeo el barrio de Chueca en estos días de Orgullo, y más concretamente en algún bar de Chueca, o en todos a la vez, que llegas y dices "huele a sexo". Es verano, chicos y chicas, y la gente quiere follar, quiere salir a la calle ligera de ropa y gritar al mundo: ¡¡¡Soy mucho más fácil de lo que parece, NO SOY INALCANZABLE!!!

En verano da un poco igual lo que te lleves a la cama, porque es verano y queda justificado, y también podemos beber, porque está totalmente justificado, si es preciso, un martes. Los chicos podemos salir con la camisa casi abierta a lo lolailo y decir a alguien todas las guarradas que queremos hacerle, porque, seguramente, no lo recordará, está permitido, y podemos arrimar cebolleta mucho más de lo normal (esto en el mundo gayer está casi siempre bien visto). Las chicas y Jared Leto podéis sudar como cerdas y que se os corra el rimel confiriéndoos de un aspecto de mapache enternecedor a la par que salvaje que no ahuyentará a nadie. Es verano y todo es posible. Es posible incluso, levantarte con algo al lado y golpearle con un despertador el cráneo hasta obtener una respuesta, porque en verano te puedes ir a la cama con seres que, de no ser porque te hablaron en algún momento de la noche, hubieras jurado que era un saltamontes a la mañana siguiente, porque la vida no te había dado claves para identificarle como ser humano. Es por eso que el verano es más idílico de lo que pensamos, porque no recordamos exactamente que pasó y tendemos a dulcificarlo.. Pero eso son gajes del verano. Por cierto, es la primera vez que escribo la palabra “gajes” y me parece una palabra horrible. Gajes, gajes… qué mierda de palabra. Y todo eso, que diría mi madre.